Hace algún tiempo me preguntaron, de dónde salió mi gusto por la repostería; creo que la ¨culpable¨ de mi locura al ver lindas tazas medidoras, un molde desmontable o cualquier cosa sencilla para hornear, es mi tía Ana (mamá Ana). Recuerdo, el olor a pan de naranja saliendo de la cocina de la casa de mi Tita, las cucharitas medidoras color anaranjado que ella tenía, el postre de galletas Marías con limón que mamá Ana nos hacía (para este momento ya estoy llorando, otra vez; eso me pasa cada vez que la recuerdo).
Pues bien, es por ella, me encantaba ver como entraban al horno, un montón de ingredientes mezclados y salia un delicioso pan; ella no los decoraba, pero no hacía falta, en cuanto salia del horno y se enfriaba el panqué, ya nos tenía a todos alrededor de la mesa esperando a que lo repartiera.
Cuando me casé (hace, ya casi, siete años) me entró otra vez ¨la espinita¨ de encender mi horno, pero no tenía recetas, así que me puse a buscar en internet alguna que llamaran mi atención y fueron muchísimas. Lo único que hacía era ¨copiar y pegar¨, las que vi que me parecieron fáciles fueron estas (receta de Utilisima, ahora Fox Live).
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| Imagen tomada de Utilisima |
Como soy bien exagerada, dice mi marido, hice el doble de la receta; salieron casi tres kilos de galletas así que las repartí: mis victimas fueron mi marido, mi Tita, mis tías, mis suegros, los vecinos y algunos de mis asesores. La verdad me quedaron mejor que las de la imagen y sabían muy bien, todas estas personitas me animaron a que siguiera probando recetas y, como tenían buen sabor, comencé a venderlas.
Bendito Dios me dio esta gracia y la estoy aprovechando.
Gracias a las personas maravillosas que me apoyan, no las quiero mencionar, porque se me puede pasar alguna, ustedes saben quienes son. LOS ADORO
